EMBOLIZACIÓN DE MIOMAS

¿Qué son los miomas uterinos?

Son tumores benignos (no cancerígenos) que crecen en la pared del útero. Se distinguen 3 tipos primarios de fibromas uterinos

 

– Miomas subserosos.

– Miomas intramurales

– Miomas submucosos

 

Síntomas de los miomas

Dependiendo del tamaño, la ubicación y el número de miomas uterinos, pueden aparecer los siguientes síntomas:

 

– Dolor pélvico.

– Sensación de peso y presión a nivel pélvico.

– Dolor en la espalda y las piernas.

– Dolor durante el acto sexual.

– Sensación constante de necesidad de orinar debido a la presión que el mioma ejerce sobre la vejiga.

– Estreñimiento y gases debidos a la presión sobre el intestino.

– Aumento anormal del diámetro abdominal.

– Menstruaciones fuertes y prolongadas y/o sangrados adicionales, a veces liberándose coágulos de sangre y frecuentemente causando anemia.

La mayoría de los miomas uterinos no causan síntomas. De hecho, sólo entre el 10 y el 20 por ciento de las mujeres con miomas uterinos requieren tratamiento.

 

EN QUÉ CONSISTE EL TRATAMIENTO

Después de hacer una pequeña incisión el radiólogo intervencionista inserta una guía en la arteria femoral del lado opuesto a la localización del mioma y la conduce hacia la arteria uterina que irriga el mioma.

Con la ayuda de la guía se introduce un microcatéter para poder inyectar micropartículas suspendidas en un medio de contraste.

El radiólogo introduce una guía en la arteria uterina que irriga el mioma con sangre.

Estas micropartículas son llevadas hasta el mioma por el flujo sanguíneo hacía él, donde obstruyen los vasos. De esta manera paralizan su abastecimiento sanguíneo, logrando así que el mioma disminuya de tamaño.

 

 

BENEFICIOS Y RIESGOS

– Generalmente la paciente debe quedarse hospitalizada solamente una noche después de la intervención.

– Muchas mujeres pueden reanudar su actividad diaria de forma ligera pocos días después de la embolización y la mayoría puede volver a su actividad habitual entre 7 y 10 días después del procedimiento.

– En aproximadamente el 90%, las hemorragias excesivas mejoran o incluso cesan

– La embolización elimina el dolor en un 85% de las pacientes

– La embolización puede usarse para tratar miomas múltiples y de gran tamaño

– Sólo en muy raros casos reaparecen los miomas tratados mediante embolización

– Estudios a medio y largo plazo demuestran que la embolización de miomas uterinos es efectiva y que la tasa de recurrencia de los mismos es baja.

– Todavía no se han completado los estudios a largo plazo (10 años), pero en un estudio de 6 años no hubo ningún caso en el que los miomas embolizados volvieran a crecer.

La embolización de miomas uterinos es considerada un procedimiento muy seguro. No obstante, y como con cualquier procedimiento, hay algunos riesgos asociados:

 

– En las horas siguientes al procedimiento la mayoría de las pacientes sufren dolor cólico.

– Algunas pacientes pueden presentar fiebre y náuseas (estos efectos secundarios ceden con tratamiento médico).

– Un reducido número de pacientes sufre infecciones, que generalmente pueden tratarse con antibióticos.

– En un 1% de las pacientes existe riesgo de que se produzcan daños en el útero, lo que puede hacer necesaria una histerectomía (extirpación quirúrgica del útero).

– Las tasas de complicaciones mencionadas arriba son inferiores a las causadas por histerectomías y miomectomías (extirpación quirúrgica de los miomas).

– En un reducido número de pacientes se ha provocado la menopausia como consecuencia de la embolización. La probabilidad de que esto ocurra es mayor cuando la paciente se encuentra ya cerca de la menopausia antes de realizar la embolización.

 

COMPARACIÓN DEL ANTES Y DESPUÉS DEL TRATAMIENTO